Hacía tiempo que un libro que no se supone que sea de humor, me hace sonreír como éste. Pero es que Bujold tiene un estilo propio en todo lo que hace, y esta novela me ha hecho sonreír en más de una ocasión, e incluso soltar alguna carcajada que ha provocado que me miren raro en el autobús.
Es fantasía, pero no es fantasía llena de elfos, como diría una buena amiga...
Y me ha abierto el apetito, muy probablemente el resto de la saga Chalion caiga antes de lo que tenía previsto, porque los personajes de este libro me han seducido. Ista, con su carácter esculpido a base de recibir golpes (no físicos) de los dioses y el destino; y todos los demás "secundarios" que la rodean, conforman un mundo en el que me he sentido cómoda, y más de una vez, identificada.
Una novela muy amena, y que se lee de un tirón.