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La crítica sitúa en el mismo género que los Juegos del Hambre o Divergente. Sin embargo, aunque la historia esté protagonizada por adolescentes, se nota el oficio del escritor. Su protagonista es sólido, los secundarios poseen suficiente entidad como para no ser mero relleno, y las descripciones de los lugares que se recorren en la novela permiten al lector situarse y comprender el mundo en que viven los protagonistas. El carácter más flojo es el de la "ricachona", que por momentos parece demasiado perfecta para ser real y haber sido criada como se explica en la novela.
La dicotomía bien-mal está bastante marcada, los personajes se inclinan hacia el extremo de la maldad o de la bondad con cierta exageración (excepto el protagonista, que es quien tiene todas las dudas), pero dado que la novela se orienta a un publico adolescente, resulta aceptable.

La novela es muy entretenida, de las que se pueden leer en una tarde relajada en el sofá. Eso sí, aunque la aventura termina, queda abierta la puerta a la continuación de la saga.