No es este el estilo de novela que suelo leer, y sin embargo me vino muy recomendada, y me dejé tentar, y no me arrepiento para nada (gracias, majo, al final me ha arrancado una lagrimita)
El lenguaje es claro y directo. No nos vamos por las ramas. La historia es amena, posee sentimiento, y unos personajes fantásticos con los que, aún sin sentirse identificado porque afortunadamente no he vivido la época que se describe en la novela, he sido capaz de avanzar lado a lado, observándoles, sintiendo sus angustias y sus desvelos un poco míos.
Además de plasmar la realidad social de la época en que está ambientada la novela, presenta sin ambigüedades las complejidades de las relaciones familiares, y ahí es donde podría concederle un "diez", en esas escenas familiares que a más de uno se le harán muy cercanas, con sus estallidos, sus silencios, las torpezas o las faltas de cada uno.
Si os gustan las sagas familiares, dadle una oportunidad, la merece.